En la ciudad de
Pamplona Norte de Santander, se ve mucho la sociedad estudiantil, jóvenes de
diferentes lugares del país, por ende, la diversidad de culturas, tradiciones,
acentos, la forma de vestirse, los diversos géneros musicales, todo se incluye en solo paquete.
De igual forma habitantes, no solo de
la misma ciudad sino de otros lugares como: Venezuela, Cúcuta, Pamplonita,
Chitagá, Toledo y otros municipios cercanos al humo frio de la provincia; que
con el tiempo se van adaptando a las nuevas costumbres de los pamploneses,
otros no tanto. Pero llegan y es con la idea de crear su propio negocio, como
las comidas tradicionales de donde provienen y así mismo los estudiantes que
llegan a colocar su renta, como: las peluquerías chocoanas; los costeños universitarios que colocan su restaurante costeño.
Hay personas que cambian su esencia,
su unicidad con fin de ser aceptados en los grupos sociales que hay en la
región, ejemplo: si tiene el último celular parecido al que tiene el líder o
mejor, es bienvenido. Pero ¿qué está pasando con nuestra autoestima?, acaso no
nos queremos tal como somos. ¿Por qué importarnos como nos ve la gente? Lo que
pasa es que nosotros los jóvenes estamos muy ligados a vivir de lo que piensa
las personas que están a nuestro alrededor, pero no vivimos por nuestra forma
autónoma de pensar, de que si estamos en este mundo es porque tenemos un
sentido. No es por la casualidad del destino.
En la vida hay muchos obstáculos, hay
distintas maneras de sobrevivir; aquellos que están a la expectativa de lo que
le dice el vecino y aquel que vive y sonríe por lo que Dios y su familia le
dio.
De esta forma tenemos que ser
agradecidos y caminar por las sendas que nos lleva a ser mejores personas cada
día, a seguir disfrutando de las grandes cosas que tenemos, a dejar una huella
donde se pisa. Todo eso, es vida, es mirar las dificultades como prueba de
supervivencia. A no dejarnos deprimir por los malos comentarios. Al contrario; si nos relacionamos más con la gente, a invertir tiempo en aquellos seres que
siempre están en constante movimiento y que son eje central en el contexto
poblacional de la ciudad mitrada podremos obtener una mejor sociedad.
Nosotros como futuros comunicadores
tenemos que enseñar a la población que interactuar o trabajar juntos hace que
las cosas sean aún más fáciles, a tener amor por nosotros mismos y por la gente
que nos rodea, seremos y tendremos un mejor vivir. Al menos disimular, porque
en Pamplona es donde vivimos y es la tierra que nos da de comer.
En la misma academia se pueden
generar espacios para que los estudiantes de la Universidad de Pamplona y la
misma comunidad participen en eventos sociales. Es decir, crear actividades
psicopedagógicas que permita la interacción entre ellos. Hacer y mantener, los
miércoles de cine, un espacio libre para que cualquier persona vaya. A
consolidar en los estudiantes la importancia que tiene el establecer eventos,
integraciones con la población para que ellos se sientan parte y crean que son
miembros y habitantes del municipio.
Porque siempre son cosas para los
mismos estudiantes y no, debemos hacerle sentir a los propios y visitantes que
son el eje fundamental para conseguir la comunicación y el mejoramiento de la
cultura ciudadana. Pamplona en un municipio pequeño pero grande en la
infraestructura pamplonesa, por ende, conseguir relaciones sociales, económicas
y políticas es una manera fácil de hallar la participación de los mismos.
Proyección de videos, películas de temas sociales que ayude la concienciación y
a la transformación de los mismos.
Redacción: Génesis Patricia Soler Gelves
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