miércoles, 2 de diciembre de 2020

Una rutina que no cambia si no cambiamos

Hoy pudiendo ser un día armonioso en familia fue la rutina constante en la que hábito siempre. Rescato algunos detalles de mi fecha y resaltó otro con mucho orgullo porque las cosas pueden cambiar si nosotros contribuimos en la construcción de un mejor bienestar. Agradezco a Dios por preveer en mi salud, familia y amor. 
 
Hace cinco años había salido del mejor hotel de los que amamos el calor de casa, salí en busca de un presente más próspero para brindar champaña en una fecha como está; que los rostros de mi gente reflejará felicidad, así como la de mis sobrinos que arrebatados en ser los primeros en festejar, eran los que por su crianza hacían su propio show.
 
Mi padre sentirse contento y disponerse a celebrar él está en su mundo lleno de incertidumbre con miedo quizá, pero no logro entender el por qué  se empeña en estar en ese hábitat gris cuando le brindamos comodidades. Un viejo cascarrabias que en medio del delirio es persona, un ser humano que es sensible a las despedidas sin retoño, y a veces solo en ocasiones fechas especiales, noticias, buenas noticias y amargo en las que lo son también. Mis hermanas mujeres grandiosas, únicas que con sus personalidades cuentan su propia historia. Mi madre, ella es la razón por la que me siento orgullosa de ser su hija, una persona que ha cultivado en mi valores, impulsadome a ser mejor ser humano y que con sus palabras mueve mi mundo de una manera sobrenatural. Disfruto de su compañía y es mi mejor regalo. Lamento el desenlace de aquellas historias que terminan sin el verdadero aprecio, hieren mi alma cuando veo que ella mueve todas las formas para que estemos unidos, compartiendo espacios conmemorativos en nuestras vidas y cómo no redimir todo lo que hace por nosotros. Sí lo que debemos hacer es poco. Me pregunto: ¿por qué no utilizamos esos comportamientos con personas ajenas a las nuestras, por qué somos el servicio solidario y la imagen incondicional que ofrecemos a otros cuando ni siquiera aportamos paz en nuestros escenarios? 
 
Personas llegan a nuestra vida y se van siempre, la familia crece, está permanentemente, disfrutémonos. Pregúntale cómo se siente hoy, expresemos lo que ellos significan y lo que nos gustaría que cambiara. Seamos personas receptivas: ¡respira!.. No vaya hacer muy tarde mañana y no tengas cómo decirle lo importante que era para su vida. 
 
Lo que rescato de este día independientemente a los estragos que hicieron presencia en mi familia, fue el festejo del año número 24 de una manera diferente, en compañía de los seres que amo, de las personas que me brindan su cariño y verlos vivos, gozando de salud, es la mayor bendición. Un aplauso por la vida. 
               ¡Génesis Patricia Soler Gelves!