miércoles, 5 de julio de 2017

Viviendo al Ritmo del Tiempo


Sus labios tan suaves, su piel, tan no sé qué decir; es una combinación en el sabor de tus labios y la aroma de tú piel. Sí, traes el recuerdo de ese momento tan normal, único, arriesgado con un deseo de hacerlo, de tocarte y decirte tantas cosas al oído pero una línea nos separa, alguien que interrumpe, un ser que está cerca y entre su Tablet y los juegos esta la excusa de sentirnos,  ¿qué hago si te tengo tan cerca? digo en voz alta: ¡Quiero jugar con fuego!, su voz dice: “¡El que juega con fuego se quema (…)!” yo insisto ¡Me quiero quemar!.

No puedo controlarme, quiero tocarte pero debo intentarlo; es un gusto de años, un sentimiento verdadero, esporádico y perfecto que llega en su momento.
Me da risa pero no significa que me burle, no, es un ven y voy simple, me es difícil soportarlo. Mientras te veo te sonrió, mientras estudio te olvido por las cargas académicas, el compromiso que estrechamos con el YoYo y la humanidad que confía en nosotros.  

Te lo he dicho ¡vente pa’ca!  Pero siempre hay deberes. Por ti: una niña que te espera todas las noches para dormir, desayunar, almorzar y lo más importante de esa edad que le ayudes con las tareas. Por mi: la formación académica que no me espera, es mi carrera, mi futuro, mi vida; sin embargo estoy imaginándote, haciéndome la verdad que quiero contigo pero debo comprenderlo.

Cuando una persona forma su hogar lo primero son sus hijos, el pan diario; ya no piensa para uno piensa por ellos y para ellos.
Yo no pido que nos casemos ¡El destino miente! Hay que vivir lo que se nos presenta, teniendo en cuenta que el pasado es el presente que nos persigue y del futuro lo que forjamos hoy.

Quiero o quisiera que estemos cerca no para mirarnos y aguantarnos las ganas de besarnos, sino para que caminemos frente al aire que nos toca. Estamos en el siglo XXI ¿por qué pensar en el mundo? No, no es justo, nada es justo, pero lastimosamente esa es la vida.

Seamos cómplices del tiempo, permanezcamos felices de lo que hacemos, no le de miedo hacer las cosas. Todo en la vida son experiencias, anécdotas para nuestros hijos, amigos, seguidores, y para mis lectores y para quien quiera escucharla. Somos el hilo que cuidamos hasta donde la delicadeza pueda con ella; digo:¡es mejor morir de ilusiones!, tú voz dice: ¡mejor morir de ilusiones y no de decepciones!.

Entonces si lo sabes ¿por qué no intentarlo? Tantas lágrimas hemos derramado. Me has escuchado en momentos de angustia y dolor, he querido dejarme llevar por la amargura que invade mi corazón para satisfacer ese deseo de tristeza, entonces, solo en ese instante no hay nadie importante. Un clima tenso y solitario han sido los testigos de un sin sabor que no va con mi personalidad. Tus palabras, esas que no esperaba leer o escuchar de nadie, pero tú sin querer queriendo ahí estabas.

Te he sentido e imaginado en la cama, llorando, lejos de todos; en la misma circunstancia hemos estado, dándonos aliento y buscando el motivo de reír, y mira aquí estamos otra vez no en el mismo lugar, pero tal vez en un mismo paradigma de la vida; luchar, trabajar, sacrificar cosas más queridas para progresar.

Sonriendo con el corazón hecho pedazos y los ojos aguados de tanto sentimiento encontrado que llegan a nuestra memoria, a veces un sin ganas de continuar pero siempre un objetivo que nos recuerda el por qué debemos seguir, un alguien, ese pedacito que nos impulsa y dice que: la vida es bella, vives, mueres y dejas una huella.



Y por muchas razones que nos marcan y tienen una lógica existente:  ¡reír para vivir, llorar para gozar, caer para saber que nada es fácil y que siempre la experiencia es más importante que el habla del que vive cerca de mí; viviendo al ritmo del tiempo!.   
                                              Redacción: Génesis Patricia Soler Gelves