En
una familia vivian tres personas los cuales cada uno realizaba sus actividades.
Juan había escuchado por la televisión lo que decían acerca de “¿Por qué las civilización
ha destruido los adelantos de la fantasmagoría y ha comenzado sin darse cuenta
la egolatría?”. Una noticia que lo dejo muy sorprendido.
Su
padre, Iván. Se dirigía para su casa, estaba muy feliz porque después de mucho
tiempo no había estado cerca de su familia, debido a su trabajo. La falta de
tiempo, lo alejo un poco. Quería visitarlos y sacarlos de campo, tenía muchas
aventuras, planes para realizar en familia. Lo cual género gran felicidad en su
casa. En el transcurso del camino se estaciono en una abacería. Reviso las
llantas si estaban bien de aire, mientras él se acacho para revisar el carro,
se le rompió una parte del pantalón, lo que género preocupación. Necesitaba de un alzapón.
Por
otra parte su esposa e hijo estaban en casa esperando que la llegada fuera rápida.
Mariela tenia larvado por verlo, acariciarlo y besarlo.
Todo
pasaba tan rápido que el tiempo no se hacia esperar. Juan por su lado empezó a
buscar un lugar de campo, quería que su familia la pasara diferente del entorno
en el que se encontraban siempre. Luego de una racha Juan le propone a su madre
salir a buscar el mejor vino para celebrar la bienvenida de su padre. Se encuentran
con un peaje ignoto, Mariela exclama ¡Vaya, vaya, Juan mira lo que nos hemos encontrado!
El auxiliar del mismo, estaba ocupado recibiendo una llamada telefoníca, tanto
así que no atendía a los usuario que estaban es espera. Juan hacia histrión. Después
de mucha espera, se encuentran con una tienda de vinos, son atendidos por una
persona hidalguía.
Llegan a la casa y preparan todo para recibir su visita, felicidad muestran en los
rostros de sus amados. Mientras Iván llegaba al hogar. Juan, su hijo dialogaba
con su madre acerca de la historia de amor que construyeron para traerlo al
mundo. Eran muchas preguntas que Juan generaba a la vez, Mariela no sabía cuál
responder primero, si la del primer beso juntos o la de ¿dónde se vierón por
primera vez? Ella mostraba en su rostro felicidad y gracia del recuento que su
hijo preguntaba.
Un
fuerte ruido llego a la conversación, era el esposo y padre quien había llegado.
Una vigorosa carcajada floto del rostro de Juan, la razón por la cual corrió para
buscarlo. El momento esperado al fin se hizo realidad.
Iván
había traído diferentes dádivas a su familia, su esposa le dijo una dulce frase
en el oído “Que rico que al fin haya llegado, estoy muy contenta de tenerte
nuevamente en casa, te tengo un regalito para que destapes por la noche”. Una sensación
que altero las ganas de llamar la noche.
Entre
todo la celebración se realizó, disfrutaron de la compañía mutua por la
familia, para Iván, Mariela y Juan fue como si volvieran a revivir el pasado,
una familia que estaba siempre cerca, compartían de los fines de semana. Hacían
empijamadas y entre otras actividades que irradiaran felicidad en el núcleo
familiar. Génesis Patricia Soler Gelvez