domingo, 1 de febrero de 2015

ESGRIMIENDO PARADIGMAS DEL PERIODISMO EN COLOMBIA



De acuerdo a un pensamiento más sicoanalista es evidente que los medios de comunicación están permeados por una jerarquización burocrática manejada por unos intereses políticos y económicos propios de un sistema capitalista según Michel Foucault nos dice:
No se trata insertar mensaje publicitario pagado en los medios, si no de crear noticias de llamar la atención de la esfera pública de formas alternativas, algo que concibe con el objetivo de comunicación por los movimientos por la paz que en su caso necesitan plantear sus actuaciones de forma que sean coherentes con las actuaciones sociales que proponen. En otras palabras en este ámbito de la comunicación publica el fin nunca justifica los medios, si no que los medios tienen que ser coherentes con el fin (Foucault, 2005:59)
La comunicación por la paz y las dinámicas de resolución de conflictos implican una participación exacerbada de todo comunicador social que piense o intente tomar un conflicto local para un fin noticioso. El compromiso es que el comunicador debe intervenir como participante y protagonista de las problemáticas sociales de modo que asuma esta responsabilidad como un ente mediador y generador no solo de ideas si no de un cambio social y actor de proyectos basados en el renacimiento de las ideas propias de una misma región.
Basado al conflicto interno en Colombia que ya cumple más de sesenta (60) años, un conflicto lleno de injusticia de actos ignominia como los que fuesen decapitados en aquel frente nacional en la dictadura de Rojas Pinilla .
También ha sido marcado este conflicto con la desaparición de más de trescientos líderes de la unión patriótica después de unas supuestas negociaciones en el municipio de la Uribe del departamento del meta , ocurridos en el año de 1984 bajo la presidencia de Belisario Betancourt quienes aparentemente ofrecieron un garante político al grupo revolucionario de las fuerzas armada  revolucionarias de Colombia (F.A.R.C E.P) convirtiéndose en ese momento en el foco de atención global, esto origino la invasión de fuerzas aliadas norteamericanas a territorio colombiano lo mismo que interventores de la ONG internacionales con el propósito de aportar soluciones para este naciente proceso de paz.
En 1986 fueron las selecciones regionales y la unión patriótica logro un 30% de las curules en alcaldías del país pero al poco tiempo Colombia fue testigo de la masacre política más macabra propiciada por actores del gobierno y aliados estadounidense con el genocidio conocido como el “baile rojo” es por eso que nuestro país se avenido despertando y la necesidad apremiante que pide justicia por todas las victimas que se han echado al olvido.
No ha sido la excepción en los años noventa con la hegemonía violenta de Pablo  Escobar el mismo que mando asesinar en entonces el director del Espectador Guillermo Cano, el periodismo en Colombia en esos tiempos era imputado para ejercer el libre derecho de expresión de su palabra existió un temor permanente en aquellos que se dedicaba a informar y comunicar al país con los nacientes grupos paramilitares se vivió la más espantosa y cruenta violencia en contra del periodismo en Colombia en todas las regiones de la nación se vieron en peligro muchos periodistas entre ellos Claudia Gurisati sin embargo el punto más importante es resaltar por qué la comunicación para la paz es el campo fundamental en cuanto a la participación ciudadana con  la constante búsqueda de medios alternativos en este país donde durante muchos años ha existido una hegemonía capitalista ha sido más difícil lograr ese cambio tan anhelado para la población víctimas de un conflicto si hablamos de ética de la comunicación involucra a la creación de un nuevo modelo de información participativas para la población que vive en el estado de abandono.
Los propósitos del periodismo cívico son: reconectar a los ciudadanos con la vida pública, potenciar la capacidad de deliberación de la ciudadanía y ofrecer información con miras a la participación, la cual debe estar regida bajo estrictos parámetros como la investigación  bien hecha.(Bonilla,Borja,pimienta,lopez,2008:53)
Si hablamos de desarraigo social podemos hablar con exactitud la época colonial en Colombia, en donde se vio el robo más grande de la historia. Señalar el aspecto fundamental del marco político se expresa por medio del abuso de poder, aunque no es para menos ha sido una colonia de los Estados unidos durante muchos años y el imaginario dela paz que la OTAN le ha querido mostrar a los países mal llamados subdesarrollados solo son mentiras fabricadas por un imperio dominante que ni conoce la problemática interna y tampoco puede ser parte de la solución.
Los medios de comunicación en este siglo xxI son llamados a ser generadores de cambio y reconstructores de conflictos por la importante participación que tienen los medios en la problemática local y es el tiempo de quitar ese miedo impuesto por los regentes económicos dueños de los medios de difusión.
Los cuales inciden en forma directa de cada proposición dada en el ámbito social y aún más cuando se pretende llegar a la justicia es obsoleto porque siempre ha reinado la ley del más fuerte por encima de la verdad por lo tanto, no existe ningún tipo de ética en cuanto a la dignidad humana, ahora bien el empoderamiento de las comunidades en cuanto a los problemas propios de una región, se requiere la participación activa de los líderes cívicos y más de los comunicadores que deben cumplir la función especial como agentes de cambio. El respeto por los derechos humanos debe ser la prioridad en la agenda de un comunicador del pueblo por el rasgo de injusticia que ha sufrido el país por más de 60 años que hasta ahora está empezando a levantarse una generación, con el empuje aunque con miedos pero sigue los pasos del caudillo Jorge Eliecer Gaitán. Creando una identidad de servicio a sus coterráneos subyugados y oprimidos, silenciados y violentados.

Ahora tratados y diálogos se programa y desde el punto de vista ético humanístico es un reto que tiene, la responsabilidad  de trabajar con las comunidades como forjador de cambio. En vez de seguir dejando la intervención extranjera es un riesgo que no se puede correr pues el peligro es inminente, como sucedió en el África en aquel Aparéis, en donde se estigmatizo en muchos casos al pueblo africano, en este contexto de violencia e injusticias se debe tener el compromiso como comunicadores sociales de velar porque no solamente se cubra la noticia con un fin mediático como conveniencia económica, al contrario se debe comprometer con la seguridad  de dar resultados y cumplimiento serio .Los problemas en el conflicto colombiano no requiere de una intervención militar o logística extranjera , se necesita el valor de lo propio lo autóctono, el fortalecimiento del poder popular para el pueblo, el comunicador como ente preparado en busca de la paz.
Como se consigue esa paz- el camino es por medio de la libertad de derechos  del ciudadano local para que esto suceda, el periodista está en la obligación de ser aliado del pueblo. Y esa es la forma de generar ideas , respetar los derechos del campesino que ha sido víctima de la violencia, y de desaparición forzada y el gobierno nacional todavía permite la inclusión de ayudas supuestamente humanitarias de la ONU intervencionistas, que sin tener conocimiento del conflicto de acá pretenden dar solución a lo que ignoran.
Los medios no pueden ser muñecos del imperialismo pues las consecuencias recaen sobre el mismo pueblo que es mayoría y busca una solución al conflicto.
Como reflexión final es importante complementar las ideas en lo que tiene que ver el comunicador con la resolución de conflictos comprende de una solución ético-critica que interviene de una manera directa en la creación de nuevas estrategias para generar cambios sociales hacer justicia entregándole a la misma gente perjudicada por un conflicto interno todas sus garantías, teniendo en cuenta que el trabajo de los líderes locales es fundamental a la hora de decidir cuál debe ser el camino más viable hacia la paz y hacia la justicia social.
Esto requiere un compromiso de los comunicadores de esta región sin temor a hacer censurado o castigado, precisamente la situación en nuestro país necesita no una intervención extranjera si no la unidad del gremio de periodistas y estudiantes universitarios mayor mente los públicos quienes tienen la obligación de hacer cumplir los derechos de la población víctima de abusos y violencia, en el norte de Santander los indígenas baríes se ven condenados al desarraigo y el temor a retaliaciones violentas que buscan sacarlo de su territorio pero ellos están comprometidos o deben estarlo dado que ya van más de 60 años de injusticias y de robos y saqueos a la patria.

Una crítica común a todo los estudios de paz en el mundo, bien se refieran al discurso de la paz liberal, la ayuda de internacional o la perspectiva de los planificadores, la constituye la narrativa dela responsabilidad de salvar al gran sur de sí mismo para traerlo hasta “nuestro” nivel de estándares económicos, políticos y culturales y legales del Norte. (Fontan, 2013: 41)
La transparencia en los entes gubernamentales es vital a la hora de dar cumplimiento a un proceso de paz liberal, en el caso de conseguir la paz lo primordial es descolonizar la mente de la gente del sur y darse cuenta de la capacidad de solucionar los propios problemas internos y quitar esa idea del colonialismo arcaico que solo a traído desarraigo pobreza miseria y más guerras.

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